21 diciembre, 2015

Glosario

En esta sección deseamos presentar  de la manera más ordenada posible las diferentes emisiones filatélicas de cada uno de los países, de los cuales contamos con información, agrupadas por año, y dando una numeración que deseamos implementar basados en la numeración WNS.
La información presentada en estas páginas ha sido tomada de cada uno de los boletines filatélicos emitidos en los respectivos países, así como de las páginas Web de cada de las oficinas postales.  En todos los casos hacemos referencias al origen de la información y así no violentar los derechos de autor intelectual.
Adelante y empecemos con este proyecto que quiere dar sus primeros pasos....


¿Qué es la filatelia?
La palabra "filatelia" fue creada por un gran coleccionista francés M.C. Herpin, quien la impone a través de un artículo publicado el 15 de noviembre de 1864 en la revista "Le Collectioneur de Timbres Poste".  Se define del griego PHILOS, amigo y TELOS, impuesto o tasa y su significado es:
"Arte que trata del coleccionismo y estudio de los sellos de correo, adheridos o enteros, emitidos por las autoridades oficiales para que presten un servicio, así como de los matasellos y marcas postales utilizados antes y durante la existencia de aquellos, para certificar su empleo oficial".
La Filatelia se la llegado a considerar "Ciencia auxiliar de la historia" pues se fundamenta en los principios generales de otras ciencias, las que contribuyen a su vez a enriquecerla.  Por medio de ella se adquieren conocimientos de las ciencias, de las artes, de las lenguas y abre un camino inmenso de relaciones sociales a través de todos los países.  Esta ciencia ensancha amplios horizontes de cultura, descubre temperamentos artísticos y ofrece el interés de lo nuevo y de lo desconocido, al tiempo que realiza una positiva labor terapéutica.
¿Cuáles tipos de sellos de correo existen?
Considerada la filatelia como una ciencia, origina necesariamente un método y un esquema científico general, que se perfecciona a medida que aumentan los estudios especializados.  Es por este medio que es vital conocer las clases de sellos de correo que existen, las cuales son:
Sellos ordinarios.
Son aquellos cuya única finalidad es satisfacer las necesidades de franqueo de la correspondencia, por lo cual reimprimen sus valores tantas veces como sea necesario, según el empleo que se le dio y a la medida que se agota.  Su viñeta (dibujo impreso) no indica necesariamente la conmemoración de un hecho determinado o motivo extraordinario y su tirada es ilimitada.
Sellos conmemorativos.
Se emiten no solo para satisfacer las necesidades del franqueo sino para rememorar hechos relevantes o señalar realizaciones extraordinarias que ocurren en la vida de los países y que a juicio de una administración postal determinada, merezca resaltarse.  Su emisión es limitada.
Sellos benéficos.
Son sellos que se emiten para recaudar fondos para alguna institución benéfica, para colaborar en la difusión filatélica o para ayudar con esa sobretasa a recaudar fondos para aliviar los males de los damnificados por alguna calamidad pública.
Formas de coleccionar.
Al iniciarse una persona en la afición filatélica deberá elegir entre la primera clasificación de las colecciones de sellos postales que desea acoger, clasificación que se detalla a continuación:
Universal.
Cuando se reúnen todos los sellos emitidos en el mundo y ordenados por países.  Hoy es prácticamente imposible la realización de este tipo.
Clásica.
Es cuando los sellos se limitan a varios países (un continente, una zona geográfica) o a un solo país y se ordenan generalmente en orden cronológico.
Temática.
En esta clasificación interesa la imagen del sello y el motivo de la emisión, por ejemplo existen las diferentes temáticas: Flora, Fauna, Olimpiadas, Aviación, Personajes Célebres, Paisajes, obras de arte, deportes y todos los temas que se puedan imaginar.
¿Cómo iniciar una Colección Filatélica?
Antes de emprender la labor del estudio y colección de los sellos de correo debemos señalar un principio fundamental: hoy es imposible coleccionar todos los sellos del mundo.  Nadie, por buena voluntad, tiempo y dinero que posea, puede abocarse a la obra para iniciar una colección mundial debido a la gran cantidad emitida desde que apareciera el primero en 1840.  Se calcula en varios centenares de miles ya aparecidos, cantidad que crece diariamente en forma alarmante desde que ya se emite más de un millar por mes.
¿Que debemos coleccionar, entonces?, Lo primero es circunscribirnos a un tipo de colección determinado, a un aspecto especial o a una especialización postal (colección clásica o temática).  Casi siempre ese proceso comienza con sellos cancelados, es decir, que han sido usados para franquear correspondencia, y que, por consiguiente, han estado o están aún adheridos a sobres o envolturas.
Si los sellos se encuentran aún adheridos a los sobres o envolturas, se procederá a cortar preferiblemente con tijeras el papel sobre el cual están pegados, dejando una media pulgada alrededor de los bordes, sumergiéndolos después en una vasija de agua.  No hay un lapso determinado para que los sellos se despeguen; algunos toman más tiempo que otros, así es que debe uno dejarlos en el agua hasta notar que se han despegado por si mismos.
Cuando todos los sellos se hayan despegado, se pescan y se colocan boca abajo sobre papel periódico o revista para que se sequen.  Téngase presente, al manipular el sello mojado, que en esa condición es extremadamente frágil y susceptible de rasgarse, y por esa razón es que deben tomarse con los dedos y no con las pinzas.
A veces quedan en el respaldo de los sellos residuos de la goma, que se puede eliminar frotándolos suavemente con la yema de los dedos cuando están aun mojados.
Los sellos usados, cuando se secan después de haber sido despegados en agua, también se abarquillan y si tienen papel muy fino, casi llegan a enroscarse.  Para ponerlos planos otra vez, solo es necesario colocarlos durante unas horas entre las paginas de un libro grueso acostado.
Si los sellos cancelados están ya despegados, el coleccionista debe examinarlos para ver si tienen alguno de estos tres defectos: la falta de algún diente o esquina, adelgazamiento del  papel en algún punto, como consecuencia de haber sido despegado descuidadamente (esto último se observa mirando el sello al trasluz), o marca excesiva de la cancelación, que afea el sello u oculta algún detalle interesante de su grabado.
Debemos tener presente que los matasellos que inutilicen un sello postal han de estar aplicados con cuidado.  Su selección y clasificación nos tiene que exigir un serio trabajo de elección prefiriendo aquellos que tengan la menor superficie matasellada y, de ser posible, que no toquen la imagen que representa el sello.  Un matasellos que haya sido aplicado plenamente sobre el sello no solo impide ver la viñeta y destacarla sino que, prácticamente, lo inutiliza para ser incluido en nuestra colección.
Cuando ya se tiene una buena cantidad de sellos, llega entonces el momento de decidir qué se ha de coleccionar y encauzar desde ese momento todos los esfuerzos y las inquietudes: se realiza la separación y la especialización.  Los sellos que sobran servirán para canjearlos a fin de cubrir los vacíos que existen en la colección.  El apresuramiento en esto no debe hacernos cometer el error de separarlos o canjearlos sin antes haber elegido a los mejores.
Una vez llevados a cabo los pasos anteriores debemos decidir si vamos a coleccionar sellos nuevos o usados:
Sello nuevo (Mint):
Es aquel que no ha sido utilizado para el franqueo de correspondencia y ha ingresado en la colección tal como lo ha vendido el correo, es decir, con su goma original y sin la aplicación del matasellos que certifica su empleo como tasa postal.
Sello usado:
Es el que ha cumplido con la finalidad para la cual fuera emitido: el pago del impuesto postal por el traslado de la correspondencia.
Los primeros requieren un tratamiento especial pues se deben coleccionar con todas sus características intactas: sin matasellar y con la goma con la que fuera emitido.  Precisamente la goma es la que debe preocupar más debido a la variedad de los climas (regiones muy cálidas o muy húmedas) que provoca problemas de conservación, para lo cual debemos prevenirnos utilizando una capa de talco industrial (sin perfume ni color) aplicada con un pincel o un algodón sobre la goma para evitar la posible humedad ambiental y la influencia de los cambios del clima.  Si accidentalmente los sellos nuevos se han adherido a una hoja del álbum, al interior de un sobre o a la superficie de otros sellos sobre los que estaban amontonados, el procedimiento para despegarlos es el siguiente:
Si la adherencia del sello nuevo a la hoja de un álbum es parcial, se puede intentar despegarlo deslizando cuidadosamente una pata de las pinzas para levantarlo poco a poco.  SIn embargo, si se encuentra un punto de mucha resistencia no se debe insistir en despegarlo con las pinzas, pues podría dañar el sello.  Lo mejor es entonces tratar despegarlo con vapor.
Póngase a hervir agua en una vasija pequeña y tápela.  Cuando el agua está produciendo vapor, sujete el sello con el pedazo de la superficie a la que esta adherido, a unas tres pulgadas de la vasija por unos minutos, para que el vapor reblandezca la goma y permita despegar el sello suavemente, de esta forma la estampilla no perderá el engomado, que es una de las dos características esenciales del sello nuevo: la ausencia de cancelación en el frente y el engomado original en el dorso.
Es importante mencionar que no se deben mezclar en una colección los sellos nuevos con los usados, mucho menos tenerlos incluidos dentro de una misma serie postal.
Clasificación de los sellos.
La clasificación debe llevarse a cabo de acuerdo con las características que vamos a reseñar a continuación, teniendo presente que cada una de ellas puede significar una diferencia esencial en la identificación y valor comercial del sello.
Las normas clasificadoras de los sellos son:
La nacionalidad. Los países signatarios de la Unión Postal Universal acordaron que cada sello llevara el nombre de la nación emitente para que quedara claramente establecida la procedencia y legitimidad de los sellos.
El valor facial. Es el valor impreso en cada estampilla de acuerdo con las unidades monetarias del país que lo emitió.
La dimensión o la forma: Las dimensiones se expresan siempre en milímetros y se concretan a los límites del grabado, excluyendo los márgenes y el dentado.  Esta regla, desde luego, no se puede aplicar totalmente a algunos formatos irregulares, pues además de los sellos cuadrados y rectangulares, los hay triangulares, romboidales, octogonales y hasta circulares.
El color: Es precisamente el color o tonalidad del sello la característica que identifica a veces una gama de variedades entre ejemplares del mismo valor facial, pero de distintas emisiones, y aún entre sellos de la misma emisión pero de distintas planchas.  Y debemos tener presente que la diferencia en el color o tono del sello puede significar una diferencia sustancial en su precio.
El dentado: Las perforaciones dividen las hileras de sellos y permiten separarlos a mano fácilmente,  Ese dentado se mide, en filatelia, por el número de dientes contenidos en un espacio de dos centímetros, para ello se utiliza el odontómetro.
Los márgenes y el centrado: El sello bien centrado muestra, como es lógico, márgenes iguales en sus cuatro lados.  Esto es un detalle que como los otros ahora descritos, influyen en el valor comercial del sello, sobre todo si se trata de ejemplares raros.
El tipo de papel y la filigrana: Si existen dos sellos con el mismo grabado, color, dentado y valor facial, pero están impresos en diferentes clases de papel, debe considerarse ejemplares distintos.  La filigrana o marca de agua se puede apreciar observando el sello a trasluz, como una marca que se inscribió en la pasta del papel.  Hay filigranas de muy variadas formas como coronas, escudos, estrellas, hexágonos, llaves, letras, águilas, etc.
El engomado y el grabado: En la confección de sellos se emplean diversos tipos de goma: brillante, lisas, opacas e inclusive con sabor aromatizado.  La especialidad del grabado tiene que ver más con las artes gráficas que con la filatelia propiamente.  Existen distintos tipos de grabado, por ejemplo: tipografía, offset, huecograbado, calcografía y grabado en acero, entre otros.
Las sobrecargas y las perforaciones: Las sobrecargas o resellos son señales, palabras, cifras o inscripciones, y a veces hasta diseños que se estampan en la segunda tirada sobre los sellos ya impresos.  Las perforaciones oficiales consisten en cifras, letras o dibujos formados por series de pequeños agujeritos, que son perforados por máquinas especiales.
Utensilios del Filatelista.
El sello postal debe ser tratado con sumo cuidado para la conservación de su limpieza, su integridad física, especialmente los dientes, para ello hay una serie de utensilios que debe dotarse el aficionado a este arte:
La pinza.
El formato de la pinza es variado, pero basta con que tenga dos puntos de contacto con los cuales tomar el sello.  Debemos advertir que no se trata de la pinza común para depilar.  Esta lleva en sus paletas una especie de cremallera que puede dañar a los sellos.  Los puntos de contacto de las pinzas filatélicas deben ser lisos, esto es fundamental.
La lupa.
Es un cristal de aumento para ampliar los detalles y hacerlos más perceptibles a nuestros ojos.  Existe en intensidad de aumento en calidad y en formatos muy variados, y su importancia y utilidad serán tanto mayores cuanto permitan distinguir con claridad lo que se pretende observar en el sello.
El catálogo.
El catálogo es la reseña de todos los sellos aparecidos en el mundo y ordenados por sus países emisores.  Es útil al filatelista recién cuando tiene muchos sellos y los necesita individualizar, clasificar y ordenar, para luego ubicar en la colección.  Al propio tiempo le permite saber cuáles sellos le faltan y le brinda los elementos indispensables como para poder localizarlos con rapidez.
El protector plástico de sellos (Hawid).
Es una banda plástica que tiene un respaldo en color oscuro (negro, verde oscuro, etc.) de superficie adhesiva por el dorso.  El sello se introduce quedando alrededor de él un margen color oscuro que destaca nítidamente el dentado.
El clasificador.
El filatelista necesita ordenar y conservar los sellos antes de colocarlos en el álbum, para ello es necesario ordenar, clasificar y conservar los sellos en un clasificador, el cual consta de hojas con una banda plástica donde se introducen los sellos hasta que estén listos para pasarlos al álbum.
El álbum.
El álbum filatélico es una carpeta de tamaño especial en cuyas hojas se colocan los sellos que constituirán la colección.  Existen muchos tipos y, como la colección es una labor individual y personal, los álbumes deben adaptarse al gusto, posibilidad y orientación filatélica de cada coleccionista.
El odontómetro.

Es el instrumento de medición convencional que se utiliza para conocer las dimensiones de los dentados en los sellos postales.  Confeccionando en el más variado material, desde el papel al plástico, es un auxiliar imprescindible del filatelista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario