En esta sección deseamos presentar de la manera más
ordenada posible las diferentes emisiones filatélicas de cada uno de los países,
de los cuales contamos con información, agrupadas por año, y dando una
numeración que deseamos implementar basados en la numeración WNS.
La información presentada en estas páginas ha sido tomada de
cada uno de los boletines filatélicos emitidos en los respectivos países, así
como de las páginas Web de cada de las oficinas postales. En todos los
casos hacemos referencias al origen de la información y así no violentar los
derechos de autor intelectual.
Adelante y empecemos con este proyecto que quiere dar sus
primeros pasos....
¿Qué es la filatelia?
La palabra "filatelia" fue creada por un gran
coleccionista francés M.C. Herpin, quien la impone a través de un artículo
publicado el 15 de noviembre de 1864 en la revista "Le Collectioneur de
Timbres Poste". Se define del griego PHILOS, amigo y TELOS, impuesto
o tasa y su significado es:
"Arte que trata del coleccionismo y estudio de los
sellos de correo, adheridos o enteros, emitidos por las autoridades oficiales
para que presten un servicio, así como de los matasellos y marcas postales
utilizados antes y durante la existencia de aquellos, para certificar su empleo
oficial".
¿Cuáles tipos de sellos de correo existen?
Considerada la filatelia como una ciencia, origina
necesariamente un método y un esquema científico general, que se perfecciona a
medida que aumentan los estudios especializados. Es por este medio que es
vital conocer las clases de sellos de correo que existen, las cuales son:
Sellos ordinarios.
Son aquellos cuya única finalidad es satisfacer las necesidades
de franqueo de la correspondencia, por lo cual reimprimen sus valores tantas
veces como sea necesario, según el empleo que se le dio y a la medida que se
agota. Su viñeta (dibujo impreso) no indica necesariamente la
conmemoración de un hecho determinado o motivo extraordinario y su tirada es
ilimitada.
Sellos conmemorativos.
Se emiten no solo para satisfacer las necesidades del
franqueo sino para rememorar hechos relevantes o señalar realizaciones
extraordinarias que ocurren en la vida de los países y que a juicio de una
administración postal determinada, merezca resaltarse. Su emisión es
limitada.
Sellos benéficos.
Son sellos que se emiten para recaudar fondos para alguna
institución benéfica, para colaborar en la difusión filatélica o para ayudar
con esa sobretasa a recaudar fondos para aliviar los males de los damnificados
por alguna calamidad pública.
Formas de coleccionar.
Al iniciarse una persona en la afición filatélica deberá
elegir entre la primera clasificación de las colecciones de sellos postales que
desea acoger, clasificación que se detalla a continuación:
Universal.
Cuando se reúnen todos los sellos emitidos en el mundo y
ordenados por países. Hoy es prácticamente imposible la realización de
este tipo.
Clásica.
Es cuando los sellos se limitan a varios países (un
continente, una zona geográfica) o a un solo país y se ordenan generalmente en
orden cronológico.
Temática.
En esta clasificación interesa la imagen del sello y el
motivo de la emisión, por ejemplo existen las diferentes temáticas: Flora,
Fauna, Olimpiadas, Aviación, Personajes Célebres, Paisajes, obras de arte,
deportes y todos los temas que se puedan imaginar.
¿Cómo iniciar una Colección Filatélica?
Antes de emprender la labor del estudio y colección de los
sellos de correo debemos señalar un principio fundamental: hoy es imposible
coleccionar todos los sellos del mundo. Nadie, por buena voluntad, tiempo
y dinero que posea, puede abocarse a la obra para iniciar una colección mundial
debido a la gran cantidad emitida desde que apareciera el primero en
1840. Se calcula en varios centenares de miles ya aparecidos, cantidad
que crece diariamente en forma alarmante desde que ya se emite más de un millar
por mes.
¿Que debemos coleccionar, entonces?, Lo primero es
circunscribirnos a un tipo de colección determinado, a un aspecto especial o a
una especialización postal (colección clásica o temática). Casi siempre
ese proceso comienza con sellos cancelados, es decir, que han sido usados para
franquear correspondencia, y que, por consiguiente, han estado o están aún
adheridos a sobres o envolturas.
Si los sellos se encuentran aún adheridos a los sobres o
envolturas, se procederá a cortar preferiblemente con tijeras el papel sobre el
cual están pegados, dejando una media pulgada alrededor de los bordes,
sumergiéndolos después en una vasija de agua. No hay un lapso determinado
para que los sellos se despeguen; algunos toman más tiempo que otros, así es
que debe uno dejarlos en el agua hasta notar que se han despegado por si
mismos.
Cuando todos los sellos se hayan despegado, se pescan y se
colocan boca abajo sobre papel periódico o revista para que se sequen.
Téngase presente, al manipular el sello mojado, que en esa condición es
extremadamente frágil y susceptible de rasgarse, y por esa razón es que deben
tomarse con los dedos y no con las pinzas.
A veces quedan en el respaldo de los sellos residuos de la
goma, que se puede eliminar frotándolos suavemente con la yema de los dedos
cuando están aun mojados.
Los sellos usados, cuando se secan después de haber sido
despegados en agua, también se abarquillan y si tienen papel muy fino, casi
llegan a enroscarse. Para ponerlos planos otra vez, solo es necesario
colocarlos durante unas horas entre las paginas de un libro grueso acostado.
Si los sellos cancelados están ya despegados, el
coleccionista debe examinarlos para ver si tienen alguno de estos tres
defectos: la falta de algún diente o esquina, adelgazamiento del papel en
algún punto, como consecuencia de haber sido despegado descuidadamente (esto
último se observa mirando el sello al trasluz), o marca excesiva de la
cancelación, que afea el sello u oculta algún detalle interesante de su
grabado.
Debemos tener presente que los matasellos que inutilicen un
sello postal han de estar aplicados con cuidado. Su selección y
clasificación nos tiene que exigir un serio trabajo de elección prefiriendo
aquellos que tengan la menor superficie matasellada y, de ser posible, que no
toquen la imagen que representa el sello. Un matasellos que haya sido
aplicado plenamente sobre el sello no solo impide ver la viñeta y destacarla
sino que, prácticamente, lo inutiliza para ser incluido en nuestra colección.
Cuando ya se tiene una buena cantidad de sellos, llega
entonces el momento de decidir qué se ha de coleccionar y encauzar desde ese
momento todos los esfuerzos y las inquietudes: se realiza la separación y la
especialización. Los sellos que sobran servirán para canjearlos a fin de
cubrir los vacíos que existen en la colección. El apresuramiento en esto
no debe hacernos cometer el error de separarlos o canjearlos sin antes haber
elegido a los mejores.
Una vez llevados a cabo los pasos anteriores debemos decidir
si vamos a coleccionar sellos nuevos o usados:
Sello nuevo (Mint):
Es aquel que no ha sido utilizado para el franqueo de
correspondencia y ha ingresado en la colección tal como lo ha vendido el
correo, es decir, con su goma original y sin la aplicación del matasellos que
certifica su empleo como tasa postal.
Sello usado:
Es el que ha cumplido con la finalidad para la cual fuera
emitido: el pago del impuesto postal por el traslado de la correspondencia.
Los primeros requieren un tratamiento especial pues se deben
coleccionar con todas sus características intactas: sin matasellar y con la
goma con la que fuera emitido. Precisamente la goma es la que debe
preocupar más debido a la variedad de los climas (regiones muy cálidas o muy
húmedas) que provoca problemas de conservación, para lo cual debemos
prevenirnos utilizando una capa de talco industrial (sin perfume ni color)
aplicada con un pincel o un algodón sobre la goma para evitar la posible
humedad ambiental y la influencia de los cambios del clima. Si
accidentalmente los sellos nuevos se han adherido a una hoja del álbum, al
interior de un sobre o a la superficie de otros sellos sobre los que estaban
amontonados, el procedimiento para despegarlos es el siguiente:
Si la adherencia del sello nuevo a la hoja de un álbum es
parcial, se puede intentar despegarlo deslizando cuidadosamente una pata de las
pinzas para levantarlo poco a poco. SIn embargo, si se encuentra un punto
de mucha resistencia no se debe insistir en despegarlo con las pinzas, pues
podría dañar el sello. Lo mejor es entonces tratar despegarlo con vapor.
Póngase a hervir agua en una vasija pequeña y tápela.
Cuando el agua está produciendo vapor, sujete el sello con el pedazo de la
superficie a la que esta adherido, a unas tres pulgadas de la vasija por unos
minutos, para que el vapor reblandezca la goma y permita despegar el sello
suavemente, de esta forma la estampilla no perderá el engomado, que es una de
las dos características esenciales del sello nuevo: la ausencia de cancelación
en el frente y el engomado original en el dorso.
Es importante mencionar que no se deben mezclar en una
colección los sellos nuevos con los usados, mucho menos tenerlos incluidos
dentro de una misma serie postal.
Clasificación de los sellos.
La clasificación debe llevarse a cabo de acuerdo con las
características que vamos a reseñar a continuación, teniendo presente que cada
una de ellas puede significar una diferencia esencial en la identificación y
valor comercial del sello.
Las normas clasificadoras de los sellos son:
La nacionalidad. Los países signatarios de la Unión Postal Universal
acordaron que cada sello llevara el nombre de la nación emitente para que
quedara claramente establecida la procedencia y legitimidad de los sellos.
El valor facial. Es el valor impreso en cada estampilla de
acuerdo con las unidades monetarias del país que lo emitió.
La dimensión o la forma: Las dimensiones se expresan siempre
en milímetros y se concretan a los límites del grabado, excluyendo los márgenes
y el dentado. Esta regla, desde luego, no se puede aplicar totalmente a
algunos formatos irregulares, pues además de los sellos cuadrados y
rectangulares, los hay triangulares, romboidales, octogonales y hasta
circulares.
El color: Es precisamente el color o tonalidad del sello la
característica que identifica a veces una gama de variedades entre ejemplares
del mismo valor facial, pero de distintas emisiones, y aún entre sellos de la
misma emisión pero de distintas planchas. Y debemos tener presente que la
diferencia en el color o tono del sello puede significar una diferencia
sustancial en su precio.
El dentado: Las perforaciones dividen las hileras de sellos
y permiten separarlos a mano fácilmente, Ese dentado se mide, en
filatelia, por el número de dientes contenidos en un espacio de dos
centímetros, para ello se utiliza el odontómetro.
Los márgenes y el centrado: El sello bien centrado muestra,
como es lógico, márgenes iguales en sus cuatro lados. Esto es un detalle
que como los otros ahora descritos, influyen en el valor comercial del sello,
sobre todo si se trata de ejemplares raros.
El tipo de papel y la filigrana: Si existen dos sellos con
el mismo grabado, color, dentado y valor facial, pero están impresos en
diferentes clases de papel, debe considerarse ejemplares distintos. La
filigrana o marca de agua se puede apreciar observando el sello a trasluz, como
una marca que se inscribió en la pasta del papel. Hay filigranas de muy
variadas formas como coronas, escudos, estrellas, hexágonos, llaves, letras,
águilas, etc.
El engomado y el grabado: En la confección de sellos se
emplean diversos tipos de goma: brillante, lisas, opacas e inclusive con sabor
aromatizado. La especialidad del grabado tiene que ver más con las artes
gráficas que con la filatelia propiamente. Existen distintos tipos de
grabado, por ejemplo: tipografía, offset, huecograbado, calcografía y grabado
en acero, entre otros.
Las sobrecargas y las perforaciones: Las sobrecargas o
resellos son señales, palabras, cifras o inscripciones, y a veces hasta diseños
que se estampan en la segunda tirada sobre los sellos ya impresos. Las
perforaciones oficiales consisten en cifras, letras o dibujos formados por
series de pequeños agujeritos, que son perforados por máquinas especiales.
Utensilios del Filatelista.
El sello postal debe ser tratado con sumo cuidado para la
conservación de su limpieza, su integridad física, especialmente los dientes,
para ello hay una serie de utensilios que debe dotarse el aficionado a este
arte:
La pinza.
El formato de la pinza es variado, pero basta con que tenga
dos puntos de contacto con los cuales tomar el sello. Debemos advertir
que no se trata de la pinza común para depilar. Esta lleva en sus paletas
una especie de cremallera que puede dañar a los sellos. Los puntos de
contacto de las pinzas filatélicas deben ser lisos, esto es fundamental.
La lupa.
Es un cristal de aumento para ampliar los detalles y
hacerlos más perceptibles a nuestros ojos. Existe en intensidad de
aumento en calidad y en formatos muy variados, y su importancia y utilidad serán
tanto mayores cuanto permitan distinguir con claridad lo que se pretende
observar en el sello.
El catálogo.
El catálogo es la reseña de todos los sellos aparecidos en
el mundo y ordenados por sus países emisores. Es útil al filatelista
recién cuando tiene muchos sellos y los necesita individualizar, clasificar y
ordenar, para luego ubicar en la colección. Al propio tiempo le permite
saber cuáles sellos le faltan y le brinda los elementos indispensables como
para poder localizarlos con rapidez.
El protector plástico de sellos (Hawid).
Es una banda plástica que tiene un respaldo en color oscuro
(negro, verde oscuro, etc.) de superficie adhesiva por el dorso. El sello
se introduce quedando alrededor de él un margen color oscuro que destaca
nítidamente el dentado.
El clasificador.
El filatelista necesita ordenar y conservar los sellos antes
de colocarlos en el álbum, para ello es necesario ordenar, clasificar y
conservar los sellos en un clasificador, el cual consta de hojas con una banda
plástica donde se introducen los sellos hasta que estén listos para pasarlos al
álbum.
El álbum.
El álbum filatélico es una carpeta de tamaño especial en
cuyas hojas se colocan los sellos que constituirán la colección. Existen
muchos tipos y, como la colección es una labor individual y personal, los
álbumes deben adaptarse al gusto, posibilidad y orientación filatélica de cada
coleccionista.
El odontómetro.
Es el instrumento de medición convencional que se utiliza
para conocer las dimensiones de los dentados en los sellos postales.
Confeccionando en el más variado material, desde el papel al plástico, es un
auxiliar imprescindible del filatelista.
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